Amanece el Sábado: Cojo la bicicleta, cuaderno pequeño, cajita pequeña de acuarela, pinceles recortados (como los cañones de las escopetas de las películas del Oeste que veía, en sesión doble, junto con alguna de Gracita Morales, José Luis López Vázquez, cada vez que podía ir al cine en aquellos "sesenta" adolescentes...)...y busco, en los pueblos vecinos, lugares acogedores, pintables..., y descubro, cerca de la casa de Lomelino, en Castilleja de la Cuesta, un pequeño parque que, sólo a veces, abren a su hora (10'00)..., y pinto; al cabo de una hora recojo, y regreso, renovado, completo: ¡He ahí el comienzo de un estupendo Sábado!
Entrada del parque próximo a la casa de Lomelino
Por la tarde, aprovechando que tengo que llevar a mi hija a su reunión del Sábado, me encuentro con Mercedes Peña en los Jardines de Murillo, hora y minutos próximos al crepúsculo, tan de moda recientemente...
...Domingo por la mañana, bicicleta, cajita, pincelillos, tapón de tarro de champú para el agua, pañuelitos de papel y cuadernillo...
Hacienda abandonada en Gines
Al llegar a casa, la emprendo, con este mismo tema, para borrar un bodrio de gran formato que hice en el Certamen de Pintura Rápida de Nerva; acrílico...; y no resulta mal, dado el propósito de la empresa...
En fin; en la medida en que puedo dar dos brochazos, el mundo parece recomponerse; adquiere un cierto sentido, y puedo disponerme a preparar clases tranquilo, sin obsesiones, indecisiones, incomprensiones, recesiones, depresiones, pretensiones, procesiones, ni retenciones en la A-49...