Para este fin de semana pasado, 19, 20, 21 de Marzo de 2010, Lucas Prado tenía convocado su "II Curso de Acuarela" en Santa María de Trassierra y le pedí un huequecito para volver a pintar esos agrestes, frondosos lugares que rodean el Hotel, bosques..., cruzados por las calles del pueblo...
El sol se cogió el puente de San José, y sólo vimos al tímido de su primo el domingo, pero "de paso"...
No obstante, una naturaleza tan feraz, tan plena, con luz o sin luz, es motivo de ejercicio siempre.
Esta es la primera acuarela (Arches Fino, 46 x 61 cm.) que completé el Viernes, sobre un apunte que la lluvia dejó incompleto a finales de Enero.
Por la noche, después de cenar, sobre las 23'00, Pedro Orozco y yo decidimos pintar "un nocturno" y, como todo estaba tan oscuro, volvimos la mirada hacia la cafetería del Hotel, con amplios ventanales iluminados y aún gente dentro...
Antes de claudicar, emborronado el papel (Arches Grueso, 46 x 61 cm.) y con sueño, mientras Pedro recogía, marqué su figura con una caña en la acuarela húmeda..., y al día siguiente, después de la comida, completé el ensayo:
¡Nunca despreciar un trabajo porque no "salga" del tirón...!
Esperar al día siguiente, al año siguiente, para ver dónde estuvo nuestro empeño, nuestros aciertos y fracasos...y buscar soluciones (En secreto, me permito recordaros que, la acuarela sí se puede corregir, reformar...; no, si nos emperramos en un estilo purista...; sí, si buscamos arte, expresión, vida...).
Al anochecer, Pedro sacó su guitarra y nos dedicamos a tomar más apuntes en el vestíbulo del Hotel, pasando un rato divertido...
Y ésta es la acuarela (46 x 61 cm. aproximadamente) que Lucas, repitiendo un gesto que tuvo en el Primer Curso, sorteó entre alumnos y asistentes tras la cena. Evoca un manantial que nace en el jardín de su propia casa...
Otra estupenda abstracción dominical caligráfica de Marta Versteeg...
Y dos vistas de los callejones del laberinto interior de Santa María de Trassierra, acuarelas de Pedro Orozco, la primera, y del que suscribe (Arches Grueso, 46 x 61 cm.), la segunda, realizada, la mañana del Domingo, a escasos diez metros de Mercedes Peña que pintaba un gigantesco almez, lleno de nudos y torsiones... Mercedes evocaba el silencio, la paz del lugar en el que nos encontrábamos; floresta salpicada de residencias perdidas, integradas, camufladas...
...con ellas nos despedimos..., hasta un próximo encuentro, Dios mediante, el 16 de Abril de 2010...