¡He aquí dos acuarelas de 2008!
La primera, directa, del natural, tomada desde el Pabellón de Carlos V (sombrita) en los Jardines del Alcázar de Sevilla. No hay mucho tiempo para pensar en las posibilidades del tema: El resultado es fruto de la improvisación, sin recabar detalles accesorios; sólo aquellos que definen y cohesionan el motivo.
(En la parte inferior anoté: "...Cuando, al concluir una acuarela, se produce esa sensación de 'algo le falta', no añadir sino valoración y contraste... Momento de parar y valorar")
La segunda está pensada, reorganizada a partir de una fotografía de una calle de Cuenca tomada, a su vez, en ameno viaje familiar del verano de 2007. La luz no cambia; ciertos valores atmosféricos ya están presentes; ...pero... el vital contacto con la realidad queda minimizado y, por tanto, hay que dotar a la acuarela de una vía de escape hacia la imaginación, lejos del afán reproductivo.
(Es completamente cierto, sincero soy en este sentido, que no hay nada como la pintura directa del natural...; pero hay días, eneros y agostos, que el natural lo cierran por motivos de salud evidente..., mientras el gusanillo y las mariposas de "quiero pintar" se renuevan sin descanso...)
