Una de las cosas irresistibles, cuando no se tiene tiempo para pintar obras mayores, es el apunte de una rosa, flor, rama, hoja, acariciada por un rayo de sol de invierno, frío, pero luz, al fin y al cabo, vida.
Pintados en poco tiempo, directamente con acuarela, solo buscan el instante, la traducción al papel, el intento.
Carecen de la belleza de la propia flor, pero señalan rasgos que el ojo pasajero no detecta...
... incluso enfermedades, amenazas..., mezclados con colores de caja...