En las matutinas visitas al Alcázar, incorporo un gesto personal propio de muchos sevillanos en verano: ¡Me gusta madrugar!
... ¡también a las moscas; de ahí el carácter nervioso, irascible e incómodo de los apuntes previos a la entrada en el Alcázar, normalmente en los alrededores del Archivo de Indias, mirando a la Catedral o en la Plaza del Triunfo!
Y, aunque, las moscas, "pesadas", me acompañan hasta la Puerta del Apeadero, no entran por carecer de acreditación.
Aquí, habitualmente, me encuentro, unos días con Consuelo Gallardo, otros con Pascual, Carmen Fernández, Ángeles, José Ignacio, Luis Rizo, Consuelo Escribano, Carlos y, más asíduamente, con Carmen Díaz de Mayorga...: Hacemos uno, uno y medio o dos apuntes, deleitándonos en la quietud de los jardines, el tránsito ordenado de los turistas, curiosidad de los pavos reales... y, cuando el calor nos sacude, cada mochuelo a su olivo.
De cualquier forma, nuestro único propósito y argumento es 'pasar un rato agradable, pintando "del natural", sin pedirle peras al olmo'... ¡Poquito a poco!