La creatividad reside, mejor, en el diálogo hombre-naturaleza que en la deformación, reinterpretación, invención de modelos extraídos de una estética artificial…
En este sentido,
el enorme y multidireccional legado de las Vanguardias Artísticas de primera
mitad del siglo XX, mal entendido, podría hacernos creer que, la creatividad
sólo descansa en la novedad formal, innovación técnica, o en el carácter
personal de la expresión artística…
La creatividad
surge, sutil, imperceptible, de la convivencia con un modelo que sea capaz de
generar un estímulo armónico…; un modelo que esté dotado de una dimensión
espiritual por su misma naturaleza creada…;
… un modelo dotado de una dimensión física ordenada en la belleza y en
multitud de cualidades peculiares…
La creatividad es
un “fruto” que madura en relación viva con elementos vivos… y que, una vez
“cortado”, rezuma aún fragancia y vida…